Primera parte de la famosa obra que en esta nueva traducción de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego (madre e hija) gana en naturalidad. Las frases de Proust son para darles de comer aparte: largas, sinuosas y musicales. Conocemos, sobre todo, al hipersensible narrador, Combray, el té con magdalenas y el amor de Charles Swann por la cocotte Odette de Crecy
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