Que viva Pancho Villa, este es un cuadro de la revolución mexicana con aciertos notables, como el habla de por allá (quiúbole, gachupín), la descripción de ambientes, personajes y paisajes o la sucinta lección de historia, entrelazado con las vicisitudes del impasible héroe revertiano. Una exageración que este se libre dos veces ante un pelotón de fusilamiento.
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