El título viene de un poema de Emily Dickinson y la tesis que se defiende es la de que no es raro (y hasta conviene) entre las escritoras no estar del todo en sus cabales. Para ello Montero repasa su propia experiencia y la de unas cuantas autoras de renombre, Ursula K LeGuin, Doris Lessing, Janet Frame y otras. Se añade un poco de ficción y se sirve a temperatura ambiente. Una delicia.
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