Dice el autor que esta novela no es continuación sino más bien pareja de la anterior, Berta Isla. Mi impresión es que se trata de otra entrega de la ya larga serie de sus peculiares novelas de espías oxonienses. Salpimentada con sus habituales citas eruditas y con sus recurrentes y envolventes razonamientos en torno a la identidad, el pasado, el mal, los afectos... sobre la condición humana al fin y al cabo. Se me ha hecho largo.
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